Salud y bienestar: un derecho, no un privilegio
Todas las personas, con y sin discapacidad, tienen derecho a recibir atención en salud de calidad. Esto significa poder acceder a servicios médicos sin barreras, ser escuchadas, recibir información clara y ser tratadas con respeto. Sin embargo, para muchas personas con discapacidad, ir al médico aún implica obstáculos que podrían evitarse.
En el ámbito de la salud, la inclusión implica mucho más que adaptar consultorios. Requiere:
❋ Atención centrada en la persona y no en la condición.
❋ Comunicación accesible: intérpretes de Lengua de Señas, lectura fácil, pictogramas.
❋ Protocolos sensibles a la diversidad funcional.
❋ Capacitación permanente de equipos de salud en derechos y accesibilidad.
¿Qué tipo de barreras existen?
❋Dificultades para comunicarse: por ejemplo, personas sordas que no cuentan con intérprete de Lengua de Señas o personas con discapacidad intelectual que reciben explicaciones muy complejas.
❋ Lugares físicos poco accesibles: escalones, camillas demasiado altas, pasillos estrechos o baños no adaptados.
❋ Prejuicios: a veces, se asume que “no pueden decidir”, que “no entienden” o que “su salud siempre será así”, lo que lleva a subestimar síntomas o no completar estudios necesarios.
¿Por qué es importante cambiar esto?
Porque cuando la atención no es accesible, se generan problemas graves: diagnósticos tardíos, tratamientos inadecuados y experiencias de maltrato o estrés. Una persona que se siente cómoda, acompañada y entendida en el sistema de salud recibe mejores cuidados y puede tomar decisiones informadas sobre su vida.
¿Qué mejoras son posibles y cercanas?
❋ Explicar las cosas con claridad, usando ejemplos y apoyos visuales cuando hace falta.
❋ Ofrecer tiempo extra en la consulta, si la persona lo necesita para comunicarse.
❋ Contar con señalética clara en los hospitales, rampas seguras, ascensores en funcionamiento y baños accesibles.
❋ No decidir por la persona, sino preguntarle directamente qué necesita y cómo prefiere comunicarse.
La salud es un derecho: que sea accesible es responsabilidad de toda la sociedad.
Promover una atención en salud libre de discriminación aporta calidad, seguridad y autonomía.