Construir inclusión es tarea colectiva

La inclusión no es responsabilidad exclusiva del Estado o las instituciones: es una construcción diaria y colectiva. Cada gesto —respetar los tiempos de la comunicación, escuchar sin prejuicios, no infantilizar, garantizar participación en reuniones o actividades— contribuye a entornos más accesibles y humanos.
Requiere decisiones diarias, actitudes respetuosas y políticas públicas que eliminen barreras. La discapacidad no es un problema individual: es una característica más de la diversidad humana. Por eso, todos podemos hacer algo.
¿Qué puede hacer cada persona?
❋ Preguntar antes de ayudar, en lugar de suponer.
❋ Usar un lenguaje respetuoso, tratando a la persona como adulta y evitando diminutivos o infantilización.
❋ Ser paciente y entender que cada persona tiene sus tiempos.
❋ No ocupar espacios accesibles (baños, rampas, estacionamientos) si no se necesitan.
❋ Promover la participación, invitando a actividades comunitarias, reuniones o eventos con condiciones accesibles.
¿Qué pueden hacer las instituciones?
❋ Garantizar rampas, ascensores y señalética clara.
❋ Incluir interpretación en Lengua de Señas en actos o actividades.
❋ Asegurar que la información —folletos, formularios, webs— sea accesible.
❋ Capacitar a su personal para brindar un trato adecuado y sin prejuicios.
¿Y qué puede hacer la comunidad?
❋ Escuchar las necesidades reales de las personas con discapacidad y no hablar por ellas.
❋ Acompañar iniciativas de accesibilidad.
❋ Difundir buenas prácticas y exigir a autoridades y empresas que cumplan con normas de inclusión.
La inclusión se construye entre todos. Cada gesto —pequeño o grande— ayuda a derribar barreras.