Cada 1° de diciembre se conmemora el Día Mundial del Sida, una fecha clave para visibilizar, informar y, sobre todo, recordar que el VIH sigue siendo una realidad que requiere compromiso colectivo. Aunque los avances científicos han transformado profundamente el pronóstico y la calidad de vida de quienes viven con VIH, aún persisten desafíos vinculados al acceso, la prevención y el estigma.
Del miedo a la evidencia: qué cambió en los últimos años
El VIH ya no es sinónimo de muerte. Gracias a los tratamientos antirretrovirales actuales, una persona que recibe atención temprana puede tener una expectativa de vida similar a la de alguien sin VIH. Además, hoy sabemos con claridad algo fundamental:
Indetectable = Intransmisible (I=I)
Cuando una persona con VIH sostiene un tratamiento eficaz y su carga viral se vuelve indetectable, no transmite el virus por vía sexual. Esta evidencia ha sido un punto de inflexión en la lucha contra el estigma.

Prevención combinada: más opciones que nunca
La prevención del VIH no es una única estrategia, sino un conjunto de herramientas que cada persona puede elegir según sus necesidades y posibilidades. Entre ellas:
- Uso de preservativos internos y externos
- Profilaxis Pre-Exposición (PrEP): un tratamiento diario para quienes tienen mayor exposición al virus
- Profilaxis Post-Exposición (PEP): medicación de 28 días que debe iniciarse dentro de las 72 horas posteriores a una exposición de riesgo
- Testeo rápido y confidencial disponible en múltiples centros de salud
- Tratamiento oportuno para personas que viven con VIH
Cuanto más accesibles sean estas estrategias, mayor será su impacto comunitario.
Más allá del virus: desigualdades que persisten
El VIH sigue afectando de manera desproporcionada a ciertos grupos sociales: mujeres jóvenes, personas trans, hombres que tienen sexo con hombres, y quienes viven en contextos de pobreza o exclusión. Estas desigualdades no se explican exclusivamente por conductas individuales, sino por:
- Falta de acceso al sistema de salud
- Violencias basadas en género
- Estigma y discriminación
- Barreras económicas y culturales
- Desinformación persistente
Por eso, hablar de VIH es también hablar de derechos, educación sexual integral, perspectiva de género y políticas públicas inclusivas.
Romper con el estigma: un desafío que depende de todos
El estigma asociado al VIH afecta más que el propio virus. Provoca aislamiento, angustia, retraso en el diagnóstico y abandono del tratamiento. Informarnos, evitar expresiones discriminatorias y promover conversaciones abiertas son acciones clave para transformar realidades.
¿Qué podés hacer hoy?
- Hacerte un test rápido: es gratuito y confidencial.
- Informarte y compartir información basada en evidencia.
- Conversar en tu entorno sobre prevención y cuidado.
- Defender los derechos de las personas que viven con VIH.
- Acompañar iniciativas comunitarias y campañas de salud.
