El sueño reparador regula procesos vitales como la memoria, el estado de ánimo, la concentración, el metabolismo y el sistema inmunológico. Sin embargo, no siempre somos conscientes de cómo ciertos hábitos de consumo pueden interferir en la calidad del descanso. Entre ellos, el café, el té y las bebidas energizantes ocupan un lugar central, ya que contienen sustancias estimulantes que modifican nuestro nivel de alerta y pueden alterar el ciclo natural del sueño.
¿Qué tienen en común estas bebidas?
Todas contienen cafeína, un compuesto que estimula el sistema nervioso central. Su principal acción es bloquear la adenosina, una sustancia que genera sensación de cansancio y prepara al organismo para dormir. De esta manera, la cafeína retrasa la aparición de la somnolencia y mantiene al cerebro en estado de vigilia.
El tiempo que la cafeína permanece activa en el cuerpo varía de una persona a otra, pero en promedio su efecto dura entre 4 y 6 horas. Esto significa que una taza de café tomada a media tarde puede seguir influyendo en la capacidad de conciliar el sueño en la noche.
Café: el más potente de los estimulantes cotidianos
El café es la bebida con mayor concentración de cafeína. Una sola taza puede contener entre 80 y 120 mg, dependiendo del tipo de preparación. Consumido con moderación puede mejorar la atención, el rendimiento y el estado de alerta, pero su consumo en exceso o en horarios inadecuados suele generar:
• Mayor cantidad de despertares durante la noche.
• Dificultad para conciliar el sueño.
• Disminución del sueño profundo y reparador.
Té: suave, pero no del todo inocuo
El té (verde, negro, blanco o rojo) contiene menos cafeína que el café, pero no está exento de efectos sobre el descanso. Una taza de té aporta entre 30 y 60 mg de cafeína, a lo que se suma la presencia de otros compuestos como la teanina, que puede producir un efecto relajante en bajas dosis. Sin embargo, si se consume en grandes cantidades o en la tarde-noche, también puede generar insomnio o sueño liviano.
Bebidas energizantes: el cóctel más disruptivo
Las bebidas energizantes concentran cantidades elevadas de cafeína (a veces equivalentes a dos o tres tazas de café), combinadas con otros estimulantes como taurina, guaraná o ginseng, además de azúcar en altas proporciones. Esta combinación potencia los efectos sobre el sistema nervioso y, si se consumen en horarios cercanos al descanso, pueden producir:
- Insomnio severo o dificultad para dormir varias noches seguidas.
- Nerviosismo, palpitaciones y aumento de la frecuencia cardíaca.
- Sueño poco reparador, con despertares frecuentes.
En adolescentes y jóvenes, el consumo de estas bebidas suele asociarse también a prácticas de desvelo prolongado y, en algunos casos, a la ingesta junto con alcohol, lo que incrementa riesgos para la salud.
Consejos prácticos para cuidar el descanso
- Evitar café, té y energizantes al menos 6 horas antes de dormir.
- Sustituirlos por infusiones sin cafeína, como manzanilla, tilo, rooibos o menta.
- Mantener horarios regulares de sueño y vigilia.
- Recordar que la cantidad importa: no es lo mismo una taza de café por la mañana que varias durante el día.
- En el caso de los energizantes, es recomendable limitar al máximo su consumo y evitar usarlos como sustitutos del descanso.
¿Sabías que…?
- Una taza de café espresso tiene menos cafeína que una taza de café filtrado, aunque su sabor sea más intenso.
- El té verde, además de la cafeína, contiene antioxidantes que ayudan a proteger las células del organismo.
- La cafeína no solo está en las bebidas: también se encuentra en algunos chocolates, medicamentos para el dolor de cabeza e incluso en suplementos dietarios.
- El consumo de energizantes se triplicó en la última década, especialmente entre jóvenes, lo que llevó a la Organización Mundial de la Salud a emitir alertas sobre sus riesgos.
- Cada persona metaboliza la cafeína de manera distinta: algunas pueden tomar café después de la cena y dormir sin problemas, mientras que otras sienten insomnio incluso con una taza pequeña por la mañana.
Síntesis: El café, el té y las bebidas energizantes forman parte de la vida cotidiana de millones de personas y pueden ser aliados en momentos donde se necesita mayor atención y energía. Sin embargo, su consumo sin control o en horarios inadecuados tiene un costo directo sobre la calidad del sueño. Dormir bien es tan importante como alimentarse de forma saludable o mantenerse activo físicamente: cuidar el descanso es cuidar la salud.
Fuente de imágenes: Info Alimentos